Un mes después de los ataques terroristas de Barcelona y Cambrils, a primera hora de la mañana del miércoles 20 de septiembre de 2017, agentes de la Guardia Civil se personaron en el número 19 de Rambla Catalunya, donde se ubica la sede de la Vicepresidencia y de Economía y Hacienda de la Generalitat, dirigida por Oriol Junqueras. Era el comienzo de una larga jornada en la que la infraestructura del referéndum del 1-O supuestamente quedaría herida de muerte. La “Operación Anubis”, dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, dio un golpe casi definitivo a la organización de la consulta ilegal con la detención de los máximos responsables de la estructura independentista y la incautación de cerca de diez millones de papeletas.
Los registros en los departamentos de Economía, Exteriores, Trabajo y Gobernación de la Generalitat se prolongaron durante más de seis horas y se saldaron con la detención de 14 miembros del Govern, de la veintena que investiga el juez por los delitos de malversación, prevaricación y desobediencia por la preparación del 1-O. Entre los detenidos figuraba el número dos de Junqueras, Josep Maria Jové, el secretario de Hacienda, Josep Lluís Salvadó, Joan Ignasi Sánchez, asesor del gabinete de la consejera de Gobernación, Josué Sallent Rivas, responsable del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI), y Xavier Puig Farré, de la Oficina de Asuntos Sociales.
La respuesta ciudadana no se hizo esperar. Inmediatamente después de la irrupción de la Guardia Civil en las instituciones catalanas, cientos de personas se concentraron de forma espontánea a las puertas de las diferentes sedes para protestar contra lo que consideraron una demostración de la represión del Gobierno central. El epicentro de las manifestaciones se situó en la Consejería de Economía, lo que permitió a Junqueras realizar una entrada triunfal hasta su despacho entre aplausos y vítores de los asistentes. Las concentraciones, no exentas de tensión con las fuerzas policiales, se extendieron y fueron ganando intensidad hasta prolongarse durante todo el día. A los cientos de personas que reclamaban con urnas simuladas y claveles su derecho a votar el 1 de octubre les siguieron la llamada de Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural a tomar las calles, con discursos de sus presidentes incluidos.
Pero de nada sirvió que estos dieran por concluidas las movilizaciones después de la media noche. Alrededor de 40.000 manifestantes rodearon la sede de la Consejería de Economía y Hacienda, imposibilitando la salida de los agentes de la Guardia Civil. Asimismo, destrozaron varios vehículos policiales y dejaron atrapados a varios agentes durante toda la noche dentro del edificio.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, al igual que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también llamó a la movilización ciudadana y convocó a su Gobierno en una reunión de urgencia. En la declaración institucional que Puigdemont realizó rodeado de todos sus consejeros, acusó al Gobierno español de llevar a cabo una “operación coordinada” para impedir el 1-O: “El Estado ha suspendido de facto el autogobierno de Cataluña y ha aplicado el estado de excepción”.
Los nombres de las operaciones policiales no suelen escogerse al azar, y el elegido por los responsables de la Guardia Civil para denominar los registros y detenciones practicadas para frenar el referéndum de Cataluña no pasó desapercibido para nadie: “Anubis”, el que para muchos es el temible dios de la muerte del antiguo Egipto, representado con una escalofriante cabeza de chacal negro.
Se sabe el nombre pero no los motivos que llevaron al cuerpo de la benemérita a seleccionar esta divinidad del panteón egipcio, aunque para muchos la intención no da lugar a dudas: el dios de la muerte para simbolizar la muerte del referéndum.
Sin embargo, Anubis no es la muerte sino todo lo contrario, es un dios de vida. Según Josep Padró, catedrático emérito de Egiptología de la Universidad de Barcelona y presidente de la Societat Catalana d’Egiptologia: “Este dios vela por los difuntos y los ayuda a resucitar. De ahí, que también sea el dios de la momificación, ya que esta práctica buscaba mantener el cuerpo incorrupto para su eternidad. Anubis no es la muerte sino todo lo contrario, es un dios de vida”.
Según la mitología egipcia, Anubis se encargaba, además, de conducir al muerto hasta el tribunal presidido por el dios Osiris, donde debía someterse al juicio que dictaminaría si era digno o no de vivir eternamente en el paraíso. Si superaba la prueba final, reviviría para siempre. Además, su color negro no dejaba lugar a dudas para los hombres y mujeres del Egipto faraónico. “Se lo representa negro porque el negro era el color de la vida, el de la tierra fértil”. Por lo tanto, el nombre de este dios para el operativo de la Guardia Civil, puede entenderse más bien como un guiño de “resurrección”, en vez de muerte.
Recordemos que la “Operación Anubis” fue dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona. El 13 es un número sagrado. Trece representa la muerte y el renacimiento. Es un número muy importante para la masonería y no fue diseñado para ser utilizado por los profanos, de ahí las supersticiones que rodean el 13 que se les enseña. Los masones consideran este número como el de la “Transformación”. Quizá la del simple hombre mortal, en el hombre que conoce el secreto o que está iluminado.
Desde todos los tiempos en las ciencias herméticas o esotéricas la Transformación es el fin que se persigue pues sus iniciados buscan justo eso, su transformación. La numerología dice sobre el mismo número 13 lo siguiente: “Expone a cambios contundentes en el ritmo de la vida, pero siempre en pos del cambio interior. Este cambio, en algunas personas puede implicar el encontrar su verdadero camino aunque no siempre el individuo es capaz de verlo o estar de acuerdo con lo que estos cambios representan”. Shimon Bar Yojai fue un rabino que vivió en Galilea, actual Israel, durante la época de la dominación romana y después de la destrucción del segundo Templo de Jerusalén; lo que sitúa su vida entre finales del Siglo I y el Siglo II de la era cristiana. La tradición oral judía dice que este rabino después de haber vertido comentarios críticos contra el gobernador romano, fue condenado a muerte y tuvo que exiliarse a una gruta durante 13 años, en el curso de los cuales supuestamente (de acuerdo con la tradición Cabalista) escribió el Zohar, obra fundamental de la Cábala y de la mística judía.
El 29 de septiembre de 2017, tan sólo unos días después de la “Operación Anubis”, centenares de tractores convocados por Unió de Pagesos llegaron a Barcelona y al resto de capitales de provincia desde diversos puntos de Cataluña (marcha payesa) para apoyar el referéndum del 1-O suspendido por el Tribunal Constitucional. Según explicó el sindicato, las marchas fueron convocadas para “defender la democracia y la libertad, después de las detenciones de cargos políticos, la intervención de facto de la Generalitat y la violación de derechos civiles”.
En Barcelona escogieron la Delegación del Gobierno donde varios representantes de asociaciones y entidades de payeses leyeron un manifiesto para denunciar la “violación de derechos civiles en Cataluña” y la intervención de las cuentas fiscales por parte del Gobierno entre gritos de “votarem, votarem”. La protesta fue masiva (hasta 400 tractores, según la organización) y ocuparon varias calles adyacentes al citado edificio público, con payeses venidos de las comarcas de Barcelona. Los discursos finalizaron con “Els Segadors” y gritos a favor de la independencia.
Recordemos que tras el atropello masivo en Las Ramblas, la furgoneta se detuvo “justo encima” del mosaico de Joan Miró. El tercer hecho histórico relacionado con ese recorrido que también se conmemoraba en 2017 es el 80º aniversario del Pabellón de la República Española, que se presentó en la Exposición Internacional de París en 1937. El Pabellón de la República tenía como principal objetivo servir de propaganda para la causa republicana. Joan Miró participó con una obra realizada expresamente para la ocasión, “El payés catalán en rebeldía” (marcha payesa), también conocida como “El Segador”.
El asunto que Miró planteó fue un campesino catalán en actitud violenta y desafiante. El propio artista explicaba: “Participé en el pabellón español de la exposición de París de 1937 porque me sentía humanamente solidarizado con lo que representaba. Escogí este personaje, con una estrella azul proyectándose en la superficie porque el payés con una hoz es un gran símbolo de Cataluña, personaje que echa sus raíces más profundas en la tierra, materializándose con ella”. Prácticamente por unanimidad, los estudiosos del artista catalán afirman que ésta es “la obra más trágica de cuantas realizó”. Tras aquella exposición el mural de Joan Miró desapareció y aún hoy se desconoce su paradero.
Recordemos, también, que en mi análisis sobre el último terrorista abatido en San Sadurní de Noya, hago referencia a la reconversión de unos tractores en blindados. En concreto, algunos de los tractores de la segunda serie se blindaron dando lugar a lo que se conoció como “carro de combate Sadurní de Noya”.
La marcha payesa había arrancado unos meses antes, el “26 de enero” de 2017 para reivindicar el papel de la agricultura como pilar de la sociedad. A primera hora de aquel día inició su marcha desde 13 municipios catalanes, desde los que salieron unos 300 tractores que llegaron a la avenida María Cristina de Barcelona dos días después.
Los agricultores se concentraron en tres poblaciones a las puertas de Barcelona: Badalona, Molins de Rei y Santa Perpètua de Mogoda. Recordemos que en este último municipio fue donde se alquilaron las dos furgonetas implicadas en los atentados de Cataluña. Por otro lado, la importancia de Badalona tiene mucho que ver con el “movimiento popular del Carlismo” como detallaré en breve.
La Batalla de Montjuïc fue la batalla que se libró el “26 de enero” de 1641 en la montaña de Montjuïc de la ciudad de Barcelona, siete meses más tarde del levantamiento popular conocido como “Corpus de Sangre” (7 de junio de 1640). La batalla es uno de los episodios de la “Guerra de los Segadores” donde se enfrentaron las tropas catalanas, con el apoyo de la caballería francesa, contra las tropas de Felipe IV. Se resolvió con una victoria catalana contundente y la masacre de las tropas hispánicas, que tuvieron que huir hasta Tarragona. Este hecho histórico ocurrió unos días después de que fuera proclamada la República catalana por Pau Claris, el “17 de enero” de 1641. Y fue, precisamente, un “26 de enero” de 1939 cuando las tropas franquistas alcanzaban las cumbres del Tibidabo y de Montjuïc, y al mediodía entraban al centro de Barcelona ocupando toda la ciudad.
La presencia de los miles de agentes desplazados a Cataluña provocó una gran polémica desde el principio, cuando empezaron a circular vídeos en las redes en los que se les despedía de sus lugares de origen al grito de “a por ellos”. Las cargas policiales del 1-O no contribuyeron a rebajar la tensión, que en los siguientes días al referéndum se tradujo en protestas frente a los hoteles en los que se alojaban algunos de los desplazados. El conflictivo desarrollo durante la jornada del 1-O y las cargas policiales en Cataluña provocaron la reacción de varios líderes políticos europeos.
El jefe de la oposición británica, Jeremy Corbyn, fue una de las primeras autoridades políticas de alto nivel de su país en reaccionar y definió como “chocante” la violencia policial contra los votantes catalanes. Con el paso de las horas, el propio líder del Partido Laborista, pedía respuestas a la primera ministra británica: “Insto a Theresa May a apelar directamente a Rajoy para poner fin a la violencia policial en Cataluña y a encontrar una solución política a esta crisis constitucional”.
El primer ministro belga, Charles Michel, fue claro y contundente. Sin citar a nadie, fue crítico con la actuación del Gobierno español en la jornada de votación del 1-O. Michel, líder del Movimiento Reformador y primer ministro desde 2014, tuiteó en inglés: “La violencia nunca puede ser la respuesta. Condenamos todas las formas de violencia y hacemos una llamada al diálogo político”.
Las fotografías y los vídeos de las cargas policiales contra los votantes del referéndum de independencia de Cataluña dieron la vuelta al mundo. Esa información fue la noticia de apertura de la edición internacional de la CNN que criticó la actuación policial de ese domingo: “La vergüenza de Europa”, titularon con una fotografía de uno de los heridos tras los golpes de un policía. La información destacaba que el Govern de la Generalitat culpaba al Ejecutivo de Rajoy del elevado número de heridos de la jornada. En redes sociales también hubo una gran actividad de los periodistas y de los medios internacionales. El reportero de Univisión Noticias, Jorge Ramos, destacaba que todos podían comprobar “la represión ciudadana” vivida en Cataluña.
Se han visto en imágenes de vídeo que algunas urnas introducidas en los colegios electorales ya estaban llenas de papeletas del “si”, y otras en las calles para que las llenaran con sus votos los viandantes. Además, al no existir censo alguno, los votantes podían hacerlo de una manera reiterada en varios de los colegios a su alcance. De hecho, existen imágenes de los mismos votantes que llevan votos a distintos colegios.
Toda esta farsa, sin ningún tipo de garantía democrática, es lo que se utilizó para anunciar la Declaración Unilateral de Independencia. Por su parte, la gestión del Gobierno de Mariano Rajoy volvió a ser duramente criticada como ya ocurrió hace tres años con la consulta del “9-N”.
En 2014, aquel simulacro de votación se llamó oficialmente “proceso participativo sobre el futuro político de Cataluña”. La consulta del 9 de noviembre llamó a las urnas a todos los catalanes mayores de 16 años. Ello incluía a los catalanes residentes en el extranjero y los inmigrantes afincados en Cataluña. En el primer caso, podían votar en las oficinas de promoción económica que la Generalitat tenía dispuestas en 16 ciudades. Los inmigrantes afincados en Cataluña ni siquiera debían acreditar un tiempo mínimo de residencia como sí se planteó en el proyecto inicial de referéndum. Los catalanes residentes en otras comunidades autónomas no pudieron votar. La participación final en la consulta del 9-N fue de 2.344.828 personas, tan sólo un 37% respecto al censo electoral. Al no tratarse de un referéndum o consulta con las garantías democráticas plenas, no existió un censo oficial de votantes.
En aquel momento varios medios internacionales ya publicaron diversos análisis o artículos cuestionando al Gobierno español y a su presidente Mariano Rajoy por la forma de gestionar la crisis con Cataluña. Algunos le acusaron de haber “inflado” el movimiento separatista por recurrir sólo a la respuesta legal, mientras otros señalaron que la corrupción le incapacitaba moralmente para decidir sobre el futuro de los catalanes.
La BBC planteó que el Gobierno español pudo “inflar el suflé” catalán al responder sólo con la ley. En su crónica “Is Spain inflating the Catalonia soufflé?”, se apuntaba que en los últimos años el apoyo a la independencia en la región tenía un nicho fijo del 15%, pero desde 2010 había crecido hasta un 45% o 50%.
Tres años después, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy repitió hasta la saciedad que “ni habría urnas ni se podría votar en el referéndum ilegal de Cataluña”. Pero lo cierto es que en la jornada del 1-O las urnas llegaron a los colegios, algunas incluso en volandas, como en la Escolla Industrial del Treball, uno de los centros más importantes de votación de Barcelona. Sobre la apertura de los colegios el fracaso fue idéntico. Parejas de los Mossos d’Esquadra acudieron a los centros donde sólo pudieron levantar acta informativa ante las concentraciones de ciudadanos que ofrecieron una resistencia pasiva.
Aunque lo más fácil es hablar de una pésima gestión por parte del Gobierno ante el desafío independentista en Cataluña, lo cierto es que como decía Franklin D. Roosevelt: “En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera”. En mi opinión, la gestión del Gobierno de Mariano Rajoy forma parte de la misma farsa, como lo demuestra que Unipost volviera a prestar sus instalaciones para la ayuda en el procés con la misma urgencia y clandestinidad que lo hizo en el 2014.
La Guardia Civil había requisado en las sedes de Unipost de Manresa y Tarrasa hasta 45.000 notificaciones destinadas a quienes tenían que cubrir las mesas electorales del 1 de octubre. Esta empresa de correo postal era la única (desde el punto de vista logístico) que podía asumir el reparto de la documentación electoral del 1-O, dado que tiene franquicias que llegan a todos los rincones de Cataluña.
Por otro lado, el Gobierno español tampoco desplegó las fuerzas policiales necesarias para impedir la apertura de los colegios electorales como había prohibido el juez. Estaba claro que con 6.000 efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional era imposible impedir que se abrieran y se votara en los “23.000” colegios electorales, y que la situación minoritaria de los agentes de Policía y de la Guardia Civil frente a cientos de votantes y manifestantes en cada colegio electoral, acabaría por provocar dificultades e incidentes. Máxime cuando algunos Mossos d’Esquadra se declararon en rebeldía contra las órdenes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Y no sólo se cruzaron de brazos en algunos centros sino que llegaron a enfrentarse a varios miembros de la Guardia Civil para impedir los desalojos que habían sido ordenados por el juez.
Las imágenes de las cargas policiales y el número de heridos (inflado por la Generalitat) fueron las fotografías que usaron los independentistas para aumentar su victimismo contra “el Estado opresor”.
Días después, el 27 de octubre de 2017, el Parlamento de Cataluña aprobaba constituir “la República catalana como Estado independiente y soberano”. El Gobierno español respondió destituyendo a la Generalitat y convocando elecciones en Cataluña. Paralelamente, el Senado aprobó suspender la autonomía catalana, y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ordenó posteriormente el cese de toda la Generalitat con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, mediante el cual el Gobierno tomaba el mando de las principales instituciones de Cataluña, así como la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones en Cataluña para el “21 de diciembre”.
En el Boletín Oficial del Estado de 28 de octubre de 2017 se publicó el Real Decreto 946/2017, de 27 de octubre, de convocatoria de elecciones autonómicas al Parlamento de Cataluña.
Los alcaldes y alcaldesas independentistas que acudieron al Parlament se comprometieron simbólicamente ante Puigdemont a participar en el proceso de “construcción de la república catalana”. Apostados en la escalinata principal de la Cámara tras el pleno, los alcaldes, con la vara de mando alzada, se comprometieron con un sonoro “sí” a defender la construcción de la república, “después de que les propusiera este juramento la alcaldesa de Badalona (Barcelona), Dolors Sabater”.
La denominada “Operación Anubis” iniciada en Cataluña el 20 de septiembre de 2017 por la Guardia Civil, se llevó a cabo por orden del juez titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, Juan Antonio Ramírez Sunyer. Al cumplir los 70 años, este juez pidió poder seguir ejerciendo dos años más y se le concedió el 17 de mayo de 2017. Precisamente, había sido Badalona su último destino antes de llegar y ponerse al frente de dicho juzgado.
La sublevación carlista de octubre de 1900 u “Octubrada” fue un intento de insurrección armada originado en Badalona, ciudad fronteriza con Barcelona, y que se extendió a otras localidades de España, aunque el intento de rebelión fracasó rápidamente. Tras la derrota de España en la Guerra hispano-estadounidense, los carlistas planearon un nuevo alzamiento.
En Madrid la Junta de conspiración era presidida por el marqués de Cerralbo, con el conde de Casasola como tesorero. Habrían de levantarse partidas en Segovia, Burgos y Valladolid, que tomarían armas y uniformes de la Guardia Civil. También estaban implicados los generales carlistas Gutiérrez Solana en Álava y Eulogio Isasi en Vizcaya, además de un coronel de caballería en Álava y un teniente coronel de artillería en Guipúzcoa. El conde de Rodezno, Tirso de Olazábal y Cerralbo se encargarían de la agitación en la frontera, para lo cual contaban con el apoyo de los legitimistas franceses. En Aragón la conjura iba a cargo del barón de Sangarren y en Valencia estaban comprometidos oficiales del Ejército.
El comienzo de la insurrección tuvo lugar el día 28 de octubre en Badalona, cuando entre veinte y treinta hombres capitaneados por José Torrens, vestidos con blusa azul, boina roja y correaje de cinturón y tirantes, se presentaron armados con trabucos, carabinas Remington y escopetas, frente al cuartel de la Guardia Civil, al grito de “¡Viva Carlos VII!”, dando lugar a un intenso tiroteo entre los revoltosos y los carabineros, que cerraron las puertas y dispararon desde las ventanas, abatiendo al cabecilla carlista Torrens. Tras varios minutos, los carlistas se dieron a la fuga, siendo perseguidos por los cuerpos de policía que habitaban en el cuartel.
Poco antes de la revuelta, de la cual tenían constancia las autoridades, se habían practicado varios registros domiciliarios en casas de carlistas destacados y numerosas detenciones, entre ellas, las de Salvador Soliva, titulado general jefe del ejército carlista en Cataluña y de su ayudante, el capitán José María Alegría. Después de los sucesos, fueron detenidos los hermanos y el padre de José Torrens. Tras la intentona, el gobierno clausuró todos los círculos carlistas de España y suspendió su prensa. Algunos historiadores calificaron esta sublevación como “la única manifestación varonil que hubo en España de protesta contra la vergüenza del desastre colonial y contra la nefasta política de la Reina Regente”.
Tras la Declaración Unilateral de Independencia adoptada por el Parlament, el Gobierno, al amparo del artículo 155 de la Constitución decidió tomar el control de la Generalitat. Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y todos los consejeros del Govern fueron destituidos de sus cargos; el Ejecutivo estableció un mando estricto sobre los Mossos, sobre los ingresos y gastos, y sobre las telecomunicaciones, comunicaciones electrónicas y medios públicos audiovisuales. La presidenta del Parlament perdió sus principales atribuciones y la Cámara quedó intervenida. Con estas medidas de gran dureza, propuestas por Rajoy, se pretendía “recuperar la legalidad y la convivencia” en Cataluña hasta las elecciones que habían sido convocadas para el “21 de diciembre”.
Carles Puigdemont y cinco de sus consejeros se trasladaron a Bélgica con la opción de solicitar asilo político, o tratar de armar una estrategia de defensa para dilatar los plazos mientras que el Govern (destituido el viernes 27 de octubre por el Ejecutivo de Mariano Rajoy) decidía ceder al Estado el control de la administración autonómica catalana sin oponer resistencia.
En la tarde del lunes 30 de octubre de 2017 Puigdemont visitó en su despacho al abogado belga especializado en derechos humanos, Paul Bekaert, que hacía unos años había evitado la extradición de la etarra Natividad Jáuregui. Este letrado, que no dudó en prestar sus servicios al ex presidente de la Generalitat, ha lidiado con la justicia rusa defendiendo a chechenos sospechosos de terrorismo. Del mismo modo, con la turca llevando casos como el de Fehriye Erdal, terrorista de extrema izquierda condenada a 15 años por su participación en un triple asesinato. Y con la española, teniendo como clientes a miembros de ETA huidos a Bélgica. Su fama entre los integrantes de la banda se fraguó en un éxito: en 2004 evitó la extradición a España de una pareja de presuntos colaboradores de ETA, Luis García y Raquel Moreno. Los etarras empezaron a recurrir a sus servicios sin pensárselo dos veces.
El 24 de enero de 2017, dos días antes de que arrancase la “Marcha Payesa”, los dirigentes independentistas catalanes ya habían trasladado sus reivindicaciones al espacio europeo. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acudió en Bruselas a una sala del Parlamento europeo invitado por tres eurodiputados catalanes favorables a sus tesis, pero no le recibió ningún dirigente significativo, ni siquiera de forma simbólica. El acto de Puigdemont, en el que hablaron también Junqueras y Romeva, estuvo abarrotado de público, pero la inmensa mayoría eran estudiantes catalanes favorables a sus tesis que fueron movilizados en autobuses desde las ciudades próximas a Bruselas.
En cuanto al discurso de Puigdemont, la mayor parte del cual fue pronunciado en catalán con fragmentos en francés e inglés (Junqueras fue el único que habló en castellano), no dijo nada que no fuera sabido: “En septiembre a más tardar convocaremos un referéndum sobre la independencia de Cataluña y a pesar de todas las evidencias jurídicas y políticas contrarias, no contemplamos ningún escenario que no sea permanecer en la Unión Europea”.
Puigdemont admitió que, “para completarse, el proceso requeriría la validación democrática de sus ciudadanos”. Como podemos ver, once meses antes de las elecciones del “21 de diciembre” los dirigentes independentistas catalanes ya sabían perfectamente la hoja de ruta. Y debemos, por tanto, admitir como cierta la cita de Roosevelt: “En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera”.
La madrugada del 11 de diciembre de 2017 la Guardia Civil desplegó un espectacular dispositivo, con apoyo de Mossos y Guardia Urbana, para blindar el traslado de las 44 obras de arte del llamado “tesoro de Sijena” del Museo de Lérida reclamadas por Aragón. El director del Museo de Lérida Diocesano y Comarcal, Josep Giralt, consideró que no existía ningún otro ejemplo, ni en el Estado ni en Europa, de que “se hubieran arrebatado una parte de la colección por orden de un juez”. Asimismo, argumentó que “las ejecuciones provisionales estaban pensadas para actuar contra aquellas personas, aquellos bienes o aquellas situaciones que suponen un peligro de huida o de esconder pruebas, y que esto no era aplicable en el caso de un museo”.
El camión con las piezas y el grupo de técnicos del Gobierno de Aragón que participaron en la tarea de embalaje fueron recibidos con aplausos en el Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca) por la consejera aragonesa de Cultura, Mayte Pérez, y el alcalde, Ildefonso Salillas, que se abrazaron a los técnicos.
En agosto de 1936, en el ambiente anticlerical de la Guerra Civil Española, el monasterio fue incendiado y arrasado por milicianos anarquistas aragoneses y catalanes en las primeras semanas de la contienda, salvándose solamente la iglesia románica y el Panteón Real. Muchas obras de arte fueron destruidas o saqueadas y las tumbas de los reyes de Aragón fueron salvajemente profanadas.
Desde Bruselas, Carles Puigdemont valoró lo sucedido de esta forma: “Con nocturnidad y utilizando una policía militarizada, como siempre, aprovechando un golpe de Estado para expoliar a Cataluña con absoluta impunidad”.
Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, pidió que esta “humillación” sirviera de advertencia a todos los catalanes sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución. “Este intento de humillarnos que hoy están ejecutando, que sirva de lección de lo que puede llegar a pasar si esta gente acaba gobernando el país”, indicó en declaraciones a los medios desde las inmediaciones del museo. Tardà calificó de “verdadera vergüenza” que se hubiera aprovechado la intervención de la Generalitat por el artículo 155 para ejecutar el traslado del “tesoro de Sijena” coincidiendo, además, con la campaña electoral de las autonómicas del 21 de diciembre.
Las obras de arte sacro devueltas al monasterio oscense de Sijena han sido causa de enfrentamiento judicial entre Aragón y Cataluña desde hace más de veinte años. Entre 1983 y 1994 las hermanas de la “Orden de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta)”, propietarias del Monasterio de Santa María de Sijena (Huesca), vendieron 97 obras de arte religioso a la Generalitat de Cataluña. De esa venta no se informó ni al Ministerio de Justicia ni al Gobierno de Aragón, que en 1998 recurrió la venta al Tribunal Constitucional al considerar que tenía derecho de tanteo y retracto para adquirir las obras. En el año 2012 la sentencia del Tribunal Constitucional dio la razón a Cataluña y declaró nulas las disposiciones presentadas por el Ejecutivo aragonés.
“En abril de 2015” el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Huesca declaró nulas de pleno derecho las operaciones de compraventa del patrimonio histórico-artístico de Sijena, alegando que el monasterio era monumento nacional desde 1923 y que las piezas no podían separarse del conjunto al considerarlo todo, cucharas y retablos, como bienes inmuebles, es decir, inseparables del edificio. El 24 de mayo de 2016 el juzgado de Huesca fijó para el 25 de julio la devolución de 97 piezas. Un día después de la fecha fijada, el 26 de julio, llegó al monasterio de Sijena un camión con 51 piezas “de escaso valor artístico”, según manifestó la Generalitat. En junio de 2017 el juzgado de Huesca instó a la Generalitat a devolver las 44 piezas restantes antes de las 22.00 horas del 31 de julio, lo que no se produjo. En octubre, el nuevo titular del Juzgado de Instrucción de Huesca requirió al ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, que posibilitara la devolución porque, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, era quien asumía las competencias de la Consellería de Cultura del Gobierno catalán. El 15 de noviembre el juzgado de Huesca dirigió, a instancias del Ayuntamiento de Sijena, una orden a Méndez de Vigo, en calidad de consejero provisional, por los incumplimientos por parte del ejecutivo catalán. El 28 de noviembre Méndez de Vigo ordenó que se diera cumplimiento a la sentencia que exigía a Cataluña la devolución de los bienes del Monasterio oscense. Dos días después la Audiencia Provincial de Huesca ratificó la sentencia que ordenaba el regreso a Aragón de las obras al considerar que formaban parte de “un todo indivisible” y desestimaba los recursos presentados por el Museo Nacional de Arte de Cataluña y la Generalitat para impedir su vuelta. El 4 de diciembre el juez dispuso que la entrega de las 44 obras de arte, que se encontraban en el Museo de Lérida, tuviera lugar el 11 de diciembre si no hubieran sido trasladadas con anterioridad. Cinco días después la Generalitat presentó recurso de reposición a la providencia del juez que pedía la anulación de la misma. El mismo 11 de diciembre el alcalde de Lérida, Ángel Ros, presentó un recurso ante el Ministerio de Cultura que pedía la suspensión de la “orden” de proceder a la entrega a Aragón de los bienes de Sijena, alegando “falta de competencia”. A estos recursos se sumaron los interpuestos por la Diputación de Lérida y por el Consorcio del Museo ilerdense.
Josep Giralt, director del Museo de Lérida, anunció que pediría al juzgado de Huesca realizar una inspección de las condiciones de la sala del Monasterio de Sijena. “Nosotros, en el informe que le enviamos al juez nos interesábamos por las condiciones de conservación preventiva que había en el lugar al que tenían que ir, y cuando esto se suavice y se tranquilice, como poseedores de las piezas, pediremos al juez de Huesca hacer una inspección temporal en la sala, porque estas piezas teóricamente son nuestras provisionalmente”, afirmó.
El director insistió en que “el traslado se hizo con prisas” y que esas condiciones no eran las oportunas para mover 44 piezas que habían sufrido un incendio en 1936 cuando una columna anarquista incendió el monasterio al comienzo de la Guerra Civil. Además, en el informe del museo ya se advertía que al menos once no soportarían el traslado. Asimismo, mostró su confianza en que prosperara el recurso que el Consorcio del Museo Diocesano y Comarcal de Lérida presentaría al Tribunal Supremo para que las obras volvieran al museo: “Estamos convencidos de que volverán las 44, nuestro problema, y por eso tenemos un acta notarial, es cómo volverán”.
Como podemos ver, lo que resulta sorprendente en todo esto es que después de tantos años de litigio, ante una “ejecución provisional”, se procediera al traslado de unas obras, además, en unas condiciones que no fueron las óptimas y sin una inspección previa en la sala del Monasterio que garantizara su conservación.
En mi opinión, el motivo que se esconde en el traslado del llamado “tesoro de Sijena”, no es otro que la “simbología”. Nuevamente, el camino para alcanzar la perfección humana en aquellos que “experimentan ser dioses”, siendo parte importante en la elaboración de la estrategia para conseguir el objetivo que se pretende.
El “8 de abril” de 2015 el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Huesca dictó la sentencia que decretaba la nulidad de pleno derecho de las operaciones de compraventa del patrimonio histórico-artístico de Sijena. Dos años después, el “8 de abril” de 2017 la “Plataforma Sijena Sí” se reunía por primera vez con el objetivo principal de reclamar y exigir el retorno al monasterio de las obras de arte en disputa. Recordemos que el “8 de abril” de 2017 fue la fecha elegida como día histórico en el que ETA materializó el desarme. Justamente un año antes del “Día del Desarme”, el “8 de abril” de 2016, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se había reunido con el secretario general de Podemos Pablo Iglesias. El encuentro, el primero entre ambos dirigentes, sirvió para que Iglesias reafirmara ante el presidente catalán la apuesta de su partido por un referéndum en Cataluña para resolver el encaje de esta comunidad en el Estado. El líder de Podemos reafirmó en esta reunión su plan que, aunque es contrario a la independencia, pasa por el reconocimiento de Cataluña como nación dentro de España, “país de naciones”. Precisamente, el “8 de abril” de 2011 Carlos Javier de Borbón-Parma asumió de manera formal las reivindicaciones dinásticas de su padre, Carlos Hugo, a la Corona de las Españas en un “Mensaje al Pueblo Carlista”. Justo un año después, el “8 de abril” de 2012, Pablo Iglesias fundó la “Asociación Cultural Con Mano Izquierda”. Casualmente, el Templo de Set, organización secreta de carácter iniciática internacional fundada por el ex teniente coronel y francmasón estadounidense, Michael Aquino, utiliza para conseguir sus objetivos un proceso que se conoce como la “Trayectoria de la Mano Izquierda”.
La fundación de Santa María de Sijena, con monjas de la “Orden de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta)”, tuvo lugar el 23 de abril de 1188. Esta orden adoptó la regla de San Agustín, el hábito negro y una cruz de paño blanco con ocho puntas, las ocho bienaventuranzas. La orden de San Juan de Jerusalén se convirtió en una fuerza militar que intervino continuamente contra el Islam. No sólo eso, sino que, por la codicia de algunos de sus maestros, emprendió expediciones de conquista para apoderarse de tierras y riquezas. Pero la dominación cristiana de Jerusalén fue efímera: el sultán Saladino conquistó la ciudad, si bien la orden conservó algunas fortalezas como el “Crac de los Caballeros”, un castillo situado en la actual Siria que fue la sede central de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén en territorio sirio durante la época de las cruzadas. El ejército formado por caballeros de las órdenes de San Juan de Jerusalén y de la Orden del Temple combatió ferozmente, pero finalmente no les quedó más remedio que embarcar hacia Chipre.
Los orígenes de esta orden de caballería se remontan al año 1084, cuando unos mercaderes de la ciudad de Amalfi, en el reino de Nápoles, decidieron fundar un hospital para peregrinos junto a la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén bajo la advocación de San Juan Bautista.
La proximidad de este templo hizo que la nueva orden recibiera el nombre de “Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén”. Tras la conquista de la Ciudad Santa por cruzados el 1099, el primer maestro de la orden, Gerard de Sant Genís, nacido en la Provenza, que los documentos citan indistintamente como fundador y prior, decidió extender la obra para Palestina, Siria y Europa mismo, salpicando de hospitales la ruta de la peregrinación a Tierra Santa.
En el escudo de Villanueva de Sijena destaca la “Cruz de Malta”, también llamada “de San Juan, de ocho puntas u octógona”, que es un símbolo usado desde el siglo XII como insignia o venera por los caballeros hospitalarios o de la Orden de San Juan de Jerusalén (llamada también de Malta desde que el emperador Carlos V le dio en feudo esta isla en el siglo XVI). Es una cruz de “meditación” en su aspecto geométrico que sirve como clave para la construcción y desciframiento del alfabeto secreto de los Templarios (Manuscrito del siglo XIII – Biblioteca Nacional de París). Esta clave está montada, a su vez, sobre otra clave de origen hebraico, que dio nacimiento a un alfabeto secreto utilizado por los cabalistas. Es una cruz que también la portó y portan los Caballeros de la Orden del Hospital o de Malta que es como se la conoce hoy en día.
Entre las piezas que han llegado al Monasterio de Santa María de Sijena se encuentra un conjunto de siete pinturas sobre tela pertenecientes a la serie sobre la historia del rey David. En la tradición judía se supone que el rey David recibió los planos del Templo, con la información exacta de su forma y medidas, en un pergamino entregado por uno de los profetas, suponiéndose que este pergamino le fue entregado a Moisés por el propio Dios y desde entonces fue custodiado hasta que llegó el momento de la construcción. La propia religión cristiana también aceptó el origen divino de las trazas del Templo. Según las tradiciones masónicas, el rey Salomón con la construcción de este Templo dedicado a Dios, cumplió con la voluntad de su padre el rey David. El Templo expresa arquitectónicamente el matrimonio sagrado entre la Tierra y el Cosmos, ya que su construcción se efectuó de acuerdo con el modelo cósmico, según el cual el mundo terrestre aparece del mundo celeste, cumpliéndose el principio de la correspondencia: “arriba es abajo como abajo es arriba”. El propio Templo en su integridad y cada una de sus partes, constituyen expresiones simbólicas de ese Cosmos que representa. El Templo de Salomón, forma parte de la esencia misma de la Masonería, que actualiza permanentemente su contenido espiritual, a través de sus ritos y símbolos, empezando por el de la propia Logia, que tiene en él su modelo o prototipo.
La propia leyenda masónica alude a que el rey tirio Hiram le dijo a Salomón: “Te envío a Hiram Abi, hombre hábil dotado de inteligencia, que sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra y la madera, la púrpura violeta, el lino fino y el carmesí. Sabe también hacer toda clase de grabados y ejecutar cualquier obra que se proponga”.
Así pues, el maestro Hiram aparece como heredero de una antiquísima tradición de artesanos, que abarcaban numerosos oficios o técnicas, todas las cuales fueron aplicadas en la edificación del Templo. A ese respecto, habría que añadir que hasta producirse esa construcción, el pueblo hebreo había llevado una forma de vida enteramente nómada y, por consiguiente, su concepción del mundo respondía a unos parámetros sensiblemente distintos a aquellos por los cuales se regían los pueblos sedentarios, que desarrollaron más particularmente las artes ligadas a la metalurgia y la construcción. Es decir, que Salomón tuvo necesariamente que recurrir a quienes conocían perfectamente las leyes de la geometría del Alma del mundo (la cosmogonía) y eran poseedores, por tanto, de las técnicas constructivas necesarias para expresarlas lo más exactamente posible.
Con esa fusión se hizo posible la “conjunción” de dos formas de civilización, la nómada y la sedentaria (surgidas de la primera diferenciación de la humanidad primordial), conjunción en la que habría que ver, en efecto, el origen más antiguo, histéricamente hablando, de la tradición masónica. En este sentido, se debe tener presente que en el contexto bíblico, los nómadas eran los descendientes del pastor Abel y los sedentarios del agricultor Caín, a quien le atribuye la Biblia ser el primero en construir una ciudad (Génesis 4,17). A la primera de esas civilizaciones pertenece la tradición representada por Salomón y a la segunda la representada por Hiram, por lo que la construcción del Templo, también contribuyó a la “reconciliación” de los herederos respectivos de Abel y Caín, abriéndose una nueva página en la historia que repercutió en el posterior desarrollo de la civilización occidental, especialmente, en la Edad Media en la que el Templo de Jerusalén fue considerado siempre como la imagen misma del “centro espiritual” y prototipo de arquitectura sagrada.
Atendiendo a sus raíces sustentadas por la cábala hebraica, la expresión simbólica del número ocho indica lo que tiende a la forma, el plasma-mater en cuyo seno dormita la vida, en una palabra: la existencia elemental. Se asocia a la justicia o equilibrio de las cosas porque está formado por dos pares, es luz y sombra. En la cábala el número ocho indica predominio del intelecto sobre la materia, de la experiencia sobre la fuerza, del conocimiento organizado sobre el simple impulso. Ese plasma-mater que contiene la vida no es otra cosa que la expresión simbólica de la Madre-Tierra: la Virgen Eterna o Virgen Negra venerada por el Temple. La estrella de ocho puntas se asocia a las diosas Inanna, Astarté e Ishtar.
El Domo de la roca en Jerusalén es un edificio de ocho lados, en cuyo panel exterior hay una orla de octógonos estrellados inscritos en un círculo. Uno de los aspectos que más sorprende en el misterio de la orden templaria es la presencia de la figura octogonal en todas sus construcciones. Ermitas, iglesias y castillos repiten por toda Europa y en el Oriente cercano, no por casualidad, este elemento ornamental.
La cruz que portaban los caballeros tenía también mucho que ver con esta figura geométrica. Es sabido que en las ciencias sagradas aplicadas al arte, el cuadrado estaba relacionado con la tierra por sus cuatro elementos, o sus cuatro puntos cardinales. Por ello, casi siempre se utilizaba en el románico o en el gótico como base de la columna que se unía al arco o al círculo situado en lo más alto del templo o del edificio. La forma circular, por su perfección, sin aristas, y al mismo tiempo por su sentido de la globalidad que todo lo abarca, se refería al cielo, a la realidad divina, o a la materia primordial del Universo. El octógono era así, “la unión entre el Cielo y la Tierra”, permitiendo (como en el caso de la columna) el tránsito de espíritus, ángeles y hombres de un lado al otro, en una suerte de Cosmos no quebrado.
El polígono de los ocho lados aportaba, asimismo, la polaridad de la búsqueda: “cuando la esfera estaba situada dentro del cuadrado, entonces, el octógono indicaba el camino hacia la interioridad, el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo, la vía hacia el latido del corazón, la senda del retorno hacia la madre siempre Virgen del Universo”. Pero cuando era el círculo el que abarcaba al cuadrado, el símbolo afirmaba “la presencia de la sabiduría divina abrazándolo y penetrándolo todo”. El octógono, pues, era la síntesis, a la vez, de una disciplina (en este caso caballeresca) de realización espiritual universal y de inspiración eminente en los principios eternos. La vivencia del octógono en el caballero templario reactualizaba a cada paso de su vida, en la paz y en el combate, la unidad de lo celeste y lo terrenal.
Si hay un personaje ilustre ligado a la historia de Villanueva de Sijena, ese es, sin duda, Miguel Servet. Este teólogo y científico español nació en dicha población, probablemente, el 29 de septiembre de 1509. Sus intereses abarcaron muchas ciencias: astronomía, meteorología, geografía, jurisprudencia, teología, física, el estudio de la Biblia, matemáticas, anatomía y medicina. Servet fue hijo de Antón Serveto, noble infanzón y notario del Monasterio de Sijena, y Catalina Conesa, que por línea materna descendía de la familia judeoconversa de los Zaporta. Fray Juan de Quintana, que llegó a ser confesor de Carlos I, lo aceptó como pupilo y viajaron juntos por Italia y Alemania como parte del séquito imperial, presenciando la coronación de Carlos V como emperador en Bolonia (1530).
Servet argumentó que el dogma de la Trinidad carecía de base bíblica, ya que no se hallaba en las Escrituras, sino que era fruto posterior de elucubraciones de “filósofos”. Basándose en abundantes citas de la Biblia, concluyó que Jesús es hombre en tanto que nacido de mujer, por más que su nacimiento fuese milagroso. A su vez, Jesús es también hijo de Dios, en tanto que su nacimiento es el fruto de la fecundación de la Virgen María por el Logos divino. Negaba así Servet, por tanto, que el Hijo fuera eterno, ya que fue engendrado como tal en la encarnación, aunque es divino por gracia de Dios, su Padre.
Tampoco lo consideraba, pues, una persona de la Trinidad, cuya existencia negaba vehementemente definiéndola como “tres fantasmas” o “Perro Cerbero de tres cabezas”. Asimismo, calificaba a los que creían en tal doctrina como “ateos, es decir, sin Dios” y “triteístas”. A su vez, decía que el Espíritu Santo no sería una tercera persona trinitaria, sino la fuerza o manifestación del espíritu de Dios tal como actúa en el mundo a través de los hombres.
Miguel Servet fue condenado y sentenciado por herejía a morir en la hoguera el 27 de octubre de 1553. La sentencia decía textualmente: “Te condenamos a que te aten y lleven al lugar de Champel, Ginebra (Suiza), que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo”.
Los sucesos que acarrearon el juicio y muerte de Miguel Servet se han considerado como punto de arranque de la discusión que condujo al reconocimiento de la libertad de pensamiento y de expresión de las ideas. Asimismo, las “Iglesias Unitarias”, surgidas de los movimientos antitrinitarios del siglo XVI y posteriores, consideran a Servet su pionero y primer mártir.
El “21 de diciembre” de 2017, tras la farsa del referéndum del 1-O, se celebraron las elecciones al Parlamento de Cataluña que fueron convocadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como una medida de la aplicación del artículo 155 de la Constitución española. Aunque la formación política Ciudadanos ganó las elecciones en votos y escaños, el bloque independentista logró, nuevamente, la mayoría absoluta. Por su parte, el Partido Popular obtuvo el peor resultado de su historia en Cataluña y se convirtió en la última fuerza política con representación en el Parlamento.
Se ha aceptado por la mayoría que el triunfo del bloque independentista en Cataluña se ha debido, en buena parte, a la pésima gestión llevada a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy desde su llegada al poder tras las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011. Pero como mi opinión es bien distinta, a continuación, aporto una información siguiendo la misma línea de argumentación de mi libro y aludiendo, nuevamente, a la cita de Roosevelt: “En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera”.
En octubre de 2014, un mes antes de la consulta del 9-N en Cataluña, Carlos Javier de Borbón Parma visitó Galicia con motivo de una serie de actos organizados por la “Asociación 16 de Abril” en Santiago de Compostela, en los que fue homenajeado Alfredo Brañas. Este escritor e ideólogo del regionalismo gallego (1859-1900) era hijo de un registrador de la propiedad, y pasó su infancia en Cambados (Pontevedra). Estudió Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela y, al final de sus estudios, en 1878, volvió a Cambados donde trabajó en una notaría.
En 1889 Alfredo Brañas Menéndez publicó en Barcelona “El Regionalismo”, estudio sociológico, histórico y literario, que fue aceptado por todos los sectores del galleguismo como un referente. En 1890 recibió un homenaje en Santiago, que supuso la primera reunión de todos los galleguistas en un ambiente de unidad, independientemente de las diferentes tendencias en las que se dividía, y que constituyó el punto de partida de la movilización regionalista. La obra también obtuvo gran repercusión entre el regionalismo catalán. En 1893 viajó a Cataluña para participar en los Juegos Florales de Barcelona como miembro del jurado, y ya antes había publicado artículos comparando los regionalismos gallego y catalán en las publicaciones barcelonesas “La Renaixença” o “La España Regional”. La crisis de 1898 provocó un cierto enfriamiento de sus posiciones regionalistas y su acercamiento al carlismo. El poco tiempo de su vida pública no le permitió concluir su obra y falleció en 1900, pero en ese corto período “consiguió pasar las ilusiones de un pequeño grupo regionalista a un movimiento político liderado por el carlismo de más vastas dimensiones y de mucha mayor eficacia social y política, vinculando a la misma a instituciones universitarias, científicas, recreativas y culturales”.
Como podemos ver, en la biografía de Mariano Rajoy Brey, presidente del Gobierno español, aparecen una serie de similitudes con algunos aspectos de la vida de Alfredo Brañas que, cuanto menos, resultan interesantes.
Al igual que Brañas, Rajoy se licenció en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela. Después, comenzó a preparar las oposiciones a registrador de la propiedad en el último año de carrera y las aprobó al año siguiente. Con tan sólo 24 años se convirtió en el registrador más joven de España. Recordemos que, precisamente, Alfredo Brañas era hijo de un registrador de la propiedad. Asimismo, Mariano Rajoy es nieto de Enrique Rajoy Leloup, uno de los redactores del Estatuto de autonomía de Galicia en 1932 que fue apartado de la docencia universitaria por la dictadura franquista hasta principios de los 50.
Enrique Rajoy Leloup (1882-1966) fue un jurista y profesor universitario español. Aunque nació en Santiago de Compostela, estuvo vinculado a Pontevedra por su familia paterna. Al igual que Brañas, se licenció en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela y se incorporó al colegio de abogados. Asimismo, fue concejal de Santiago, republicano y galleguista. Formó parte de la Comisión redactora del Proyecto de Estatuto de Autonomía de Galicia de 1936, durante la II República Española, junto con Alexandre Bóveda.
El 19 de abril de 1932 había propuesto al Consistorio santiagués que tomara la iniciativa para conferir estatus legal a la constitución como autonomía de Galicia, que se había demorado, pues en Cataluña y en Vascongadas ya se habían iniciado. El Consistorio constituyó una comisión de organización, de la cual Rajoy fue su secretario. Dicha comisión convocó una asamblea preparadora para el 3 de julio de 1932, a la cual asistieron asociaciones, partidos políticos y personalidades políticas y culturales gallegas.
Rajoy fue nombrado secretario de la Mesa definitiva. La asamblea acordó conceder a la Mesa un voto de confianza para nombrar a los diez miembros de una comisión que se encargaría de elaborar un proyecto de Estatuto de Autonomía. La proposición se aprobó, siendo aclamada, y en la misma se encontraba Rajoy. Asimismo, se acordó que la Comisión Organizadora del Consistorio redactara el Reglamento de la Asamblea Regional de Ayuntamientos, que se aprobó el 1 de noviembre de 1932. En el acto en que se constituyó la Comisión Redactora del Estatuto, 3 de julio de 1932, los miembros de la misma designaron a Rajoy para que fuese su secretario.
Al triunfar en Galicia el golpe de Estado de 1936 contra la II República Española, el abuelo de Mariano Rajoy fue represaliado y privado de su Cátedra Universitaria en Santiago de Compostela.
Mariano Rajoy Sobredo, padre del presidente y juez jubilado, se vio envuelto en su condición de presidente de la Audiencia Provincial de Pontevedra en el denominado “Caso Redondela”. Este asunto se descubrió a finales de marzo de 1972 por la desaparición de millones de litros de aceite. El juicio comenzó un 21 de octubre de 1974 en la Audiencia de Pontevedra, totalmente abarrotada de público, prensa, radio y televisión. En boca de todos estaba el nombre de Nicolás Franco Bahamonde, en esas fechas embajador de España en Portugal. El Tribunal lo presidía don Mariano Rajoy Sobredo, padre del actual presidente del Gobierno español. El sumario, que constaba de más de 5.000 folios, y estaba depositado en la Audiencia Provincial de Pontevedra, “presuntamente” se perdió, al parecer, debido a la realización de unas obras y por falta de espacio.
A lo largo de la vista se descubrió que había doble contabilidad, que trasvasaban aceite de los depósitos de CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes) para los depósitos de Reace (Refinería de Aceites y Grasas) y, asimismo, que los funcionarios de CAT encargados de la inspección y medición, cobraban gratificaciones de Reace, quedando claro también en la vista que el precintado de los depósitos era simbólico. El presidente del Tribunal, don Mariano Rajoy Sobredo, llevó férreamente la vista evitando que salieran a la luz los aspectos más comprometidos de este grave asunto, las muertes que hubo de por medio y, sobre todo, “la clara participación del hermano del generalísimo”. Todo fue un “paripé político”. La causa quedó vista para sentencia a los cuatro días del inicio del juicio, el viernes 25 de octubre de 1974. No se investigó, o no interesó investigar, donde fueron a parar las toneladas de aceite de oliva propiedad del Estado español, ni de porqué se hacían trasvases de aceite desde los depósitos de la CAT a los de Reace y viceversa. Así como donde se vendía y quiénes eran los dueños de los almacenes de las empresas que luego lo comercializaban o almacenaban, y de cómo se configuraba el reparto de las ganancias. Tampoco fue investigada la racha de muertes en cadena de personas relacionadas con el caso y, finalmente, a las personalidades implicadas jamás les sucedió nada.
El carlismo esperaba que, después de una profunda reflexión, Franco se inclinara por un miembro de la dinastía carlista en el momento de buscar sucesor. Todo ello, teniendo en cuenta la contribución de los Requetés durante la Guerra Civil Española, así como su apoyo al régimen franquista a nivel institucional (recordemos lo ocurrido con el padre de Rajoy en el caso “Redondela”). Pero el general Franco acabó declarando como descendientes legales a la Corona de España a los herederos de don Alfonso XIII. Asimismo, señaló que si uno de los descendientes no reunía las condiciones por discrepar con el Movimiento Nacional, sería elegido su hijo para reinar, y en caso de no poderse hacer esto por renuncia del designado, se nombraría a un regente tal como estaba dispuesto en la ley de sucesión.
Tras la muerte de don Alfonso Carlos de Borbón, septiembre de 1936, don Javier de Borbón Parma fue reconocido como Regente y, mediante un manifiesto firmado en Puchheim (Alemania), en 1965, aceptó los derechos que por ley le habían sido concedidos por el Decreto de Regencia para ser reconocido como rey de los carlistas. Desde 1833 se había luchado por el reconocimiento de una traición que impidió a don Carlos María Isidro de Borbón proclamarse Rey de todos los españoles. Desde esa fecha hasta don Alfonso Carlos de Borbón, todos los pretendientes carlistas quisieron que les fuera reconocido su derecho a ser reyes de España.
Finalmente, cuando Franco solucionó el problema sucesorio a favor de don Juan de Borbón para que, llegado el momento, éste aceptara renunciar a favor de su hijo, don Juan Carlos, aquello se consideró por el carlismo como una traición después de todo el sacrificio. Y fue así como surgió dentro del carlismo un movimiento de ideología marcadamente antifranquista.
En 1996, a los cuarenta y un años de edad, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy Brey, contrajo matrimonio después de una larga soltería, lo que le había granjeado el apodo de “el soltero de oro” en las filas populares. La ceremonia, que se celebró en la localidad de La Toja (Pontevedra), fue discreta y corrió a cargo de “un cura anarquista”, amigo de uno de los hermanos del contrayente.
Mariano Rajoy llegó a la presidencia del Partido Popular en octubre de 2004, unos meses después de los atentados del 11-M. Recordemos que el “4 de noviembre” de 2004 brigadistas internacionales que llegaron desde todo el mundo para combatir en la Guerra Civil Española del lado de los republicanos, llegaron a Rivas-Vaciamadrid para participar en las jornadas “Las Brigadas Internacionales en la Batalla del Jarama”, recordando uno de los combates más feroces del invierno de 1937.
Precisamente, el viernes “4 de noviembre” de 2016 los “13” ministros, ocho hombres y cinco mujeres, que formaban el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy juraron o prometieron sus cargos ante el rey Felipe VI en una ceremonia celebrada en el salón de audiencias del Palacio de la Zarzuela con la que se puso fin a 320 días de Gobierno en funciones.
Cada “4 de noviembre” los carlistas celebran la festividad de San Carlos Borromeo, “Patrón de la Dinastía Legítima”, también conocida como carlista, que está formada por los reyes sucesores de Fernando VII y de todos los anteriores reyes de las Españas. Entre 1833 y 1977, estos reyes son, según el ordinal de la Corona de Castilla: Carlos V, Carlos VI, Juan III, Carlos VII, Jaime I, Alfonso Carlos (el verdadero Alfonso XII) y Javier I. Además, en 2016 se cumplieron 80 años del nombramiento (1936) de Francisco Javier de Borbón-Parma y Braganza, abuelo de Carlos Javier, como legítimo heredero a la Corona de las Españas.
El “1 de octubre” de 2017 Mariano Rajoy compareció en el Palacio de la Moncloa para hacer una declaración institucional (sin preguntas) tras la jornada del referéndum independentista en Cataluña. En mi opinión, aquello pudo representar el llamado “Manifiesto de Abrantes”. El “1 de octubre” de 1833 tras la muerte del rey Fernando VII, su hermano Carlos María Isidro de Borbón reclamó para sí la Corona española. A continuación, detallo cronológicamente una serie de hechos históricos ocurridos ese mismo día que, sin duda, tienen mucho que ver con el objetivo que se pretende desde hace años:
· 1 de octubre de 1833, Manifiesto de Abrantes.
· 1 de octubre de 1924, un giro en la vida de Fermín Galán Rodríguez.
· 1 de octubre de 1936, la Junta de Defensa proclamó en Burgos “Generalísimo y Jefe del Estado” al general Francisco Franco.
· 1 de octubre de 1975, el general Franco se dirigió a la multitud desde el balcón del Palacio Real y en su último discurso se refirió a la “conspiración masónica izquierdista”.
· 1 de octubre de 2015, se publica el libro “Valió la pena” de Jorge Dezcallar, máximo responsable del CNI en los atentados del 11-M.
· 1 de octubre de 2016, bochornoso Comité Federal del PSOE.
· 1 de octubre de 2017, referéndum independentista en Cataluña.
Mariano Rajoy decidió convocar las elecciones catalanas el “21 de diciembre” de 2017, mucho antes de cualquiera de las fechas que se habían barajado. La fecha elegida para los comicios autonómicos chocó con el criterio inicial del PP, proclive a celebrar las elecciones no antes de ocho meses, citando el mes de junio como referencia. Igual de sorprendente fue que el día elegido para los comicios fuera un “jueves” (día laborable) y no un domingo como es habitual. Quizá el motivo tenga mucho que ver con el calendario electoral seguido desde las primeras elecciones democráticas al Parlamento de Cataluña:
· “Jueves”, 20 de marzo de 1980.
· Domingo, 29 de abril de 1984.
· Domingo, 29 de mayo de 1988.
· Domingo, 15 de marzo de 1992.
· Domingo, 19 de noviembre de 1995.
· Domingo, 17 de octubre de 1999.
· Domingo, 16 de noviembre de 2003.
· Miércoles, 1 de noviembre (día festivo) de 2006.
· Domingo, 28 de noviembre de 2010.
· Domingo, 25 de noviembre de 2012.
· Domingo, 27 de septiembre de 2015.
· “Jueves”, 21 de diciembre de 2017.
Como podemos ver, la fecha fijada por el Gobierno de Mariano Rajoy para las elecciones catalanas representaría, claramente, el final de aquel primer paso para conseguir el objetivo que se pretende, acabar con la dinastía borbónica en nuestro país, como herencia del franquismo, a través de un “Estado Federal Republicano”. Las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 se hicieron coincidir con el día conmemorativo para el franquismo por la muerte de José Antonio Primo de Rivera, el 20 de noviembre de 1936. Según los historiadores, al general Franco se le mantuvo vivo artificialmente con respiración asistida para hacer coincidir su muerte, el 20 de noviembre de 1975, con el día del fallecimiento de Primo de Rivera. Cuatro años después, las elecciones generales se fijaron el 20 de diciembre de 2015, día que coincide con dos acontecimientos históricos estrechamente relacionados con el franquismo y el sector progresista del carlismo. Un 20 de diciembre de 1973 la banda terrorista ETA asesinaba a Luis Carrero Blanco cuando éste era presidente del Gobierno de España durante la etapa final de la dictadura. Por otro lado, el 20 de diciembre de 1968 el Gobierno franquista decidió la expulsión colectiva de toda la familia Borbón-Parma de manera definitiva, acusándoles de ser unos extranjeros que estaban interfiriendo en la política española.
Las elecciones al Parlamento de Cataluña celebradas el “21 de diciembre” de 2017, representarán el regreso del exilio de la familia carlista que fue expulsada por el Gobierno franquista. La interpretación o reforma de la Constitución pactada por el Partido Popular y el PSOE pretende superar la “Declaración de Granada” aprobada por los socialistas en julio de 2013, dando de este modo una solución al encaje territorial de Cataluña y superar así el conflicto político. En este documento se señala en uno de sus párrafos: “El Estado de las Autonomías tiene que evolucionar, tiene que actualizarse y perfeccionarse. Y tiene que hacerlo en su sentido natural, avanzando hacia el federalismo con todas sus consecuencias”.
Precisamente, Mariano Rajoy decidió convocar la sesión constitutiva del Parlamento de Cataluña el “17 de enero” de 2018, es decir, el mismo día que en el año 1641 el presidente de la Generalitat, Pau Claris, declaraba la “República catalana”.
En las creencias helénicas, el día 21 de junio y el 21 de diciembre se abría una puerta de comunicación entre los dos mundos. Al 21 de junio, solsticio de verano, correspondía la “Puerta del hombre” y el 21 de diciembre, solsticio de invierno, se identificaba como el día en que se abría la “Puerta de los dioses”. La simbología siempre es un elemento importante como medio para alcanzar la perfección humana en este tipo de organizaciones secretas de carácter iniciático. Asimismo, la cultura de las antiguas civilizaciones que representaría el paganismo como piedra angular de la masonería junto a sucesos históricos que tienen relación con el objetivo que se persigue, son elementos que suelen estar presentes.
De esta forma es como toda una maquinaria de Inteligencia militar con conexiones a nivel internacional consigue sus objetivos, al mismo tiempo que se utiliza como prueba para que personas muy influyentes accedan a los grados honorarios experimentando ser dioses, lo que representa una doctrina filosófica de la Grecia antigua conocida como “Antropocentrismo”. Para los griegos, el hombre era “la medida de todas las cosas”, el centro del Universo: esta fue la gran aportación helénica a la cultura universal. Todo gira alrededor del hombre (incluyendo estrellas y arquitectura), los dioses eran de naturaleza humana.
En palabras de Nicholas Murray Butler, “el mundo se divide en tres categorías de gentes: un muy pequeño número que produce acontecimientos, un grupo un poco más grande que asegura la ejecución y mira cómo acontecen, y por fin una amplia mayoría que no sabe nunca lo que ha ocurrido en realidad”.
Ese pequeño número de personas que produce los acontecimientos es la maquinaria que mueve el sistema. La cúpula política asegura su ejecución y observa cómo acontecen a cambio de unos privilegios. Por último, el discurso político y los medios de comunicación de masas se utilizan para influir en la opinión pública, generando unos valores basados en la manipulación mediática.
Aquellos que sacrificaron sus vidas para transformar la sociedad, lo hicieron pensando en las generaciones futuras. En mi opinión, el uso del conocimiento es la única vía para que la ciudadanía empiece a abrir los ojos y se asuma un compromiso social para avanzar hacia una sociedad mejor pensando en nuestros hijos.