Publicado el Deja un comentario

MISERICORDIA.

El 20 de noviembre de 2011 las elecciones generales celebradas en España se adelantaron cuatro meses a la fecha límite prevista para principios de abril de 2012. El Gobierno del partido socialista presidido por José Luis Rodríguez Zapatero escogió como fecha electoral, precisamente, el día conmemorativo para el franquismo por la muerte de José Antonio Primo de Rivera, el 20 de noviembre de 1936. Según los historiadores, al general Franco se le mantuvo vivo artificialmente con respiración asistida para hacer coincidir su muerte, el 20 de noviembre de 1975, con el día del fallecimiento de Primo de Rivera.

En el año 2007 bajo el mandato del Gobierno socialista se aprobó la Ley 52/2007 de 26 de diciembre para la Memoria Histórica que fue aprobada por el Congreso de los Diputados, precisamente, el mismo día que se dictó la sentencia por el 11-M. Además, el PSOE obtuvo los peores resultados de su historia en aquellas elecciones del 20-N. Por ello, en mi opinión, la elección de una fecha tan señalada para el franquismo que supuso la victoria por mayoría absoluta del PP, sólo tendría sentido si se debiera a una estrategia para la consecución de un fin propuesto con anterioridad.

Justamente dos meses después de aquellos comicios, el 20 de enero de 2012, se filtró a los medios de comunicación la noticia sobre la existencia de uno de los vagones del tren que explosionó a la altura de la calle Téllez (atentados del 11-M) y que había aparecido en uno de los hangares del Taller Central de Reparaciones que Renfe tiene en la localidad madrileña de Villaverde Bajo.

El tren de Téllez estaba compuesto de cabeza a cola por los siguientes vagones: 021M, 011R, 022M, 191M, 96R y 192M. Sufrieron explosiones los que ocupaban los lugares 1, 4, 5 y 6, y quedaron por lo tanto indemnes los vagones 2 y 3, es decir, los 011R y 022M que fueron trasladados por la vía hasta los talleres de Renfe de Villaverde. El vagón 022M fue acoplado a otros dos que también resultaron indemnes en Atocha, para formar una nueva composición que circula desde entonces por las cercanías de Madrid.

El 7 de mayo de 2009 se publicó una foto, tomada el mismo día, en la que se podía ver el vagón 011R dentro de una nave del taller de Renfe de Villaverde Bajo. La nave blanca en la que estaba depositado tenía abierto uno de los laterales pero se encontraba cerrada por el lado más próximo a los edificios de viviendas. Menos de un mes después, el 2 de junio de 2009, apareció una nueva foto en la que el interior de la nave quedaba oculto gracias a un nuevo cerramiento que se había incorporado con inusitada rapidez. A partir de ese momento, este vagón desaparecía de la vista desde el exterior de la nave. Por lo tanto, parece claro que alguien decidió que ese día, 20 de enero de 2012, era el momento de mostrarlo de nuevo.

Sobre las dos de la madrugada del 20 de enero de 1937 los batallones “Victoria”, “Amanecer” y “Thaelmann”, mandados por Enrique Líster, llevaron a cabo un ataque simultáneo desde todos los puntos para la conquista del Cerro de los Ángeles (también llamado Cerro Rojo). Casualmente, la nave blanca que albergaba el vagón 011R se encontraba justo enfrente del apeadero de los Ángeles.

Aquella victoria fue tan sólo una situación momentánea. En muy poco tiempo, el llamado “Cerro Rojo” sería nuevamente conquistado por el bando franquista, y ya nunca volvería a estar en manos del Gobierno republicano. Desde allí se bombardearía incesantemente Madrid hasta el final de la Guerra.

Líster fijó su cuartel general en lo que hoy es el mismo casco urbano de Villaverde Bajo. Y, también, junto a los límites del municipio de Villaverde se capturó por las tropas republicanas la orden de ataque del general Varela.

Sobre las once de la mañana de aquel día (20 de enero de 1937) volaba sobre Vallecas una escuadrilla de trimotores fascistas que bombardearon el pueblo al pasar. Ya fuera del núcleo de la población, sobre unas casas sueltas diseminadas por los campos baldíos, un Junker se destacó de los otros y descendió rápidamente sobre una explanada soleada.

Las mujeres tomaban el sol sentadas en sillas bajas de paja formando un semicírculo irregular. Cosían y charlaban, y de vez en cuando, una de ellas se levantaba para penetrar en una de las viviendas cercanas y dar una ojeada a la comida. Alrededor de ellas, un enjambre de niños jugaba sobre la tierra dura.

Las explosiones y el rápido descenso del avión sobre la explanada proyectaron a las mujeres y los niños en todas direcciones. De una de aquellas casas salió una mujer con un niño de pecho en brazos llamando a sus hijos. Los cinco hijos corrían hacia la casa cogidos a su hermana mayor. En aquel momento, el avión vació su carga sobre la explanada, tomó nuevamente altura y despareció del horizonte.

En aquel lugar quedaron veintitrés cadáveres y tres heridos. La mujer cayó muerta en la puerta de su casa. Los trozos de la carne del niño se mezclaron con los trozos de la carne de la madre. La hija mayor (16 años), cayó muerta sobre el cadáver de su hermana de doce. Uno de los niños, de seis años, quedó tendido en el suelo, vivo, falto de un pie y con la espalda abierta. Otro de diez años, ileso, pero echando sangre por sus orejas, reventados sus oídos por las explosiones, salió corriendo, llevando a través del campo el cuerpo de su hermana menor de cuatro años. Lo llevó él mismo hasta la casa de socorro: había recibido el polvo de la metralla y tenía más de cien heridas diminutas en su cuerpo.

La niña fue ingresada en la sala cuatro del Hospital Infantil del Niño Jesús. El niño cojo estaba en la cama cuatro de la sala treinta y uno del Hospital Provincial de Madrid. El padre, como todas las mañanas, se había ido con un carro tirado por un burro al mercado central de Madrid. Allí, compraba cajas de pescado que después revendía en Vallecas. Así, mantenía a sus seis hijos y levantó la casa, ladrillo a ladrillo. Las ruinas de la casa destrozada por siete bombas conserva aún el número veintiuno de la calle Carlos Orioles en Vallecas. El avión era un trimotor Junker alemán.

Precisamente, aquella mañana del 11 de marzo de 2004, el primer tren que partió a las 7,01 horas de la Estación de Alcalá de Henares con destino a Atocha, y donde se colocaron cuatro cargas explosivas de las cuales una no llegó a explosionar, era el número “21431”.

En mi opinión, el surgimiento de aquel vagón 011R pudo simbolizar “II República”.

Un día después de aquella aparición, el 21 de enero de 2012, a raíz del I Encuentro Estatal Republicano celebrado en Madrid, en el Salón de Actos del Club de Amigos de la Unesco (CAUM) ubicado, precisamente, en la calle Atocha, número 20, se creó la “Junta Estatal Republicana (JER). Está constituida por más de 60 organizaciones y colectivos del movimiento republicano a nivel estatal. Su propósito es instaurar una República de carácter federal, laica, participativa y solidaria, con claro componente social y respeto a la identidad de los pueblos, y su derecho a decidir que tenga en la ciudadanía y en una democracia real el elemento protagonista y central de cualquier acción de gobierno. Para alcanzar esta República la JER reclama de “la mejor inteligencia” y el más amplio compromiso colectivo para impulsar un Proceso Constituyente Republicano como suma de múltiples iniciativas ciudadanas, políticas e institucionales.

El 19 de enero de 2013 se celebró en Rivas-Vaciamadrid, convocado por la Junta Estatal Republicana, el II Encuentro Estatal Republicano donde participaron un gran número de organizaciones y colectivos republicanos procedentes de distintas partes del Estado. En dicho Encuentro se dijeron frases como estas: “La ilegalidad del golpe de Estado contra la II República. La ilegitimidad de origen de esta monarquía borbónica, además de institución obsoleta y corrupta. La impunidad del franquismo para con sus víctimas…”.

El debate desarrollado en este Encuentro en torno a estos planteamientos, reafirmó la voluntad de trabajar con lo mejor de la inteligencia y compromiso colectivo para traer la III República a través de un Proceso Constituyente Republicano, tomando en consideración una serie de líneas de actuación para el próximo periodo.

Rivas-Vaciamadrid es uno de los pocos municipios que sigue trabajando en la recuperación del patrimonio de la Guerra Civil Española. El 4 de noviembre de 2004 brigadistas internacionales que llegaron desde todo el mundo para combatir del lado del bando republicano, llegaron a esta localidad para participar en las jornadas “Las Brigadas Internacionales en la Batalla del Jarama”, recordando uno de los combates más feroces del invierno de 1937.

En el 70ª aniversario (año 2007) este municipio realizó el inventario de restos de “La Batalla y Frente del Jarama” que hay en su término municipal, siendo pionero en la Comunidad de Madrid. Casualmente, todo esto ocurrió el mismo año que se dictó la sentencia sobre el 11-M y la aprobación por el Congreso de los Diputados de la Ley de Memoria Histórica.

Cada “4 de noviembre” los carlistas celebran la festividad de San Carlos Borromeo, “Patrón de la Dinastía Legítima”, también conocida como carlista, que está formada por los reyes sucesores de Fernando VII y de todos los anteriores reyes de las Españas.

A primera hora de la mañana del 11 de marzo de 2004, entre las 07:37 y las 07:40 horas, explosionaban diez artilugios explosivos en cuatro trenes de la red de cercanías de Madrid con salida desde Alcalá de Henares y destino Atocha. En aquella masacre fallecieron 191 personas y 1856 resultaron heridas.

Unas horas antes de aquellas explosiones había finalizado la jornada conmemorativa en honor de los “Mártires de la Tradición”. En el año 1895 Carlos María de Borbón y Austria-Este, auto titulado “Duque de Madrid” y pretendiente carlista al trono de España bajo el nombre de Carlos VII entre 1868 y 1909, envió una carta al Marqués de Cerralbo instituyendo la fiesta de los Mártires de la Tradición.

“En honor de los mártires que, desde principio del siglo XIX, han perecido a la sombra de la bandera de Dios, Patria y Rey, en los campos de batalla, en el destierro, en los calabozos y en los hospitales, designo para celebrarla el día 10 de marzo de cada año, día en que se conmemora el aniversario de la muerte de mi abuelo Carlos V”.

“Cuántos centenares de valerosos soldados he visto caer junto a mí, segados por las balas besando mi mano, como si en ella quisieran dejarme, en su último aliento, su último saludo a la Patria”.

“Con la misma sagrada invocación en los labios, ¡cuántos otros han entregado el alma a Dios, mártires incruentos en los hospitales, en la miseria; matados, aun más que por el hombre, por las humillaciones, y todo por no faltar a la fe jurada, por ser fieles al honor, por no doblar la rodilla ante la usurpación triunfante!”.

“La aportación decisiva que el carlismo tuvo en la Cruzada reivindicó el buen nombre, la fama y la honra de este movimiento antañón que surgió y perduró para mantener viva una esperanza y aleccionar con el ejemplo a las generaciones que les siguieran. Los requetés, al aire de la Historia y de la Geografía, no venían a traer cadenas; por el contrario, las rompían, quebrantándolas, cuando era necesario, a costa de su propia inmolación y sacrificio”.

“Nosotros, continuadores de su obra y herederos de las aspiraciones de todos ellos, tenemos el deber ineludible de honrar su memoria. En ella debemos procurar sufragios a las almas de los que nos han precedido en esta lucha secular, y honrar su memoria de todas las maneras imaginables”.

El martes 4 de noviembre de 2014 los carlistas valencianos celebraron esta festividad con una santa misa en la Parroquia del Buen Pastor. Estas palabras fueron parte del discurso que se preparó para un acto que, momentos después, tuvo lugar en la sede social del Círculo Cultural Aparisi y Guijarro de Valencia:

“Ahora, en nuestra casa del Círculo Carlista de Valencia, podemos seguir orando en otro tono más coloquial con el santo patrón. Por algo es la nuestra una de las causas políticas aún vigentes que más santos, beatos, mártires y confesores tiene en el Cielo. Intentemos que nuestras oraciones puedan ser también firmadas por ellos”.

“También hemos de mostrar a San Carlos el triste espectáculo del mundo, de la Iglesia y de la patria. Para que interceda por las personas y los cuerpos sociales, para que vuelvan al Camino, la Verdad y la Vida. Tomamos este día como motivo de reflexión sobre la Dinastía Carlista. Y no nos limitamos a rezar sino que trabajamos y luchamos para que el triunfo de su misión pase de ser un ideal a ser una conquista como hito del bien común”.

“La Dinastía Carlista encarna en España, en las Españas, la resistencia de la Cristiandad frente a la revolución. Por eso pedimos a San Carlos Borromeo que otorgue luces y valor a los príncipes para que cumplan con sus deberes históricos, aunque ello les haga más difícil la vida. Y que encuentren entre los leales carlistas la colaboración y la disponibilidad necesarias”.

Un año después (2015), durante los actos por la celebración de esta festividad, los carlistas valencianos hicieron lectura de un comunicado de agradecimiento escrito por el titular de la Dinastía, Carlos Javier de Borbón Parma, con motivo del día de su santo.

“Mis queridos carlistas:

Agradeceros las muestras de afecto y lealtad que he recibido con motivo de mi onomástica. Festividad que debo compartir con todos vosotros porque es también, en definitiva, la de este formidable movimiento popular que es el Carlismo.

Desde Carlos V, hasta llegar a mi abuelo y a mi padre, todos los reyes carlistas han estado al lado del pueblo. Juntos hemos compartido las dificultades que en cada momento de la historia han afectado a las Españas. Hemos sufrido marginación, silencio y exilio, pero no han logrado acallarnos. Debemos de seguir dando testimonio de nuestros ideales y participando en los problemas colectivos.

Hemos de luchar contra la desigualdad y defendiendo la justicia y la libertad, que es la causa de los desfavorecidos. Debemos encontrar formas adecuadas para resolver los problemas más complejos del mundo actual, especialmente, la pobreza y el medio ambiente, como nos recordaba el Santo Padre en su reciente encíclica.

En estos momentos de grave crisis institucional tenemos que proponer nuestras soluciones forales y federativas, basadas en el principio de la subsidiariedad y el reconocimiento de los cuerpos intermedios, lo que ahora se llama sociedad civil. Os invito a trabajar por el respeto, la solidaridad, el entendimiento y el pacto. Nuestra voz debe ser escuchada.

Renuevo el compromiso que nos une, os transmito el afecto y cariño de Ana María junto con el de toda nuestra familia y el mío propio.

En Ámsterdam, a 6 de noviembre de 2015.

Carlos Javier de Borbón Parma”.

El 20 de noviembre de 2016 concluyó el “Año de la Misericordia” para celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, profundizar en su implantación y situar en un lugar central la Divina Misericordia, con el fortalecimiento de la confesión.

Como logo oficial para el Año de la Misericordia se escogió la imagen del Buen Pastor. Esta advocación ha sido aplicada en el Antiguo Testamento a Dios y en el Nuevo Testamento a Jesucristo como parábola de la oveja perdida.

La función de Dios o Jesucristo como Buen Pastor es la “salvación de la oveja descarriada (el hombre como pecador)”. Desde el comienzo del cristianismo, el “Buen Pastor” es la imagen de Jesús de Nazaret que, en su calidad de pastor, cuida y salva a su rebaño.

La mayoría de las imágenes datan de los siglos III y IV, pero la otra representación con el cordero sobre los hombros está mucho más extendida y procede directamente de los modelos paganos del Moscóforo o Hermes Crióforo que lleva la oveja del sacrificio.

El Moscóforo es una escultura que data del año 570 a.C. Es una de las obras maestras del periodo arcaico de Grecia. Se ha relacionado esta estatua con la representación iconográfica de Hermes Crióforo.

En la cultura de la Grecia antigua “Crióforo” significa “portador del carnero” y es un epíteto de Hermes. También designa un tipo de representación iconográfica que conmemora el solemne sacrificio de un carnero.

En la mitología griega Hermes es el dios de los pastores, de los oradores, el ingenio, de la astucia de los ladrones y los mentirosos. Espía nocturno y guardián de las puertas. De Hermes procede la palabra “hermenéutica” para el arte de interpretar los significados ocultos. Como diestro orador, era especialmente empleado como mensajero cuando se requería elocuencia para lograr el objetivo deseado.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *